Quiero cuidarme: ¿por dónde empiezo?
- Marta de la Hoz

- 2 ago 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 nov 2021

Una profesora increíble de yoga me dijo una vez:
"Cuando no te sientes bien, hay que volver a lo básico".
Normalmente, cuando tomamos la decisión de responsabilizarnos de esa parte de nuestra salud y bienestar que sí podemos "controlar", no sabemos por dónde empezar. Comenzamos a leer miles de cosas, un día ponemos en práctica el hábito A, otro día pasamos al F, y en 5 días estamos perdid@s.
Mi recomendación: empezar por lo esencial. Te cuento ahora.
¿Qué tal si repasamos tus básicos?
DORMIR BIEN
Es más importante incluso que comer bien. No es algo cuantitativo (olvida las 8h) sino cualitativo. Despertarse sin alarma o no sufrir por ella. Sentir: "¡Oh, qué bien he dormido!". Y tener energía el resto del día. Eso es dormir bien.
Algunos motivos para que te lo tomes en serio:
Repara los daños celulares. Lo que en marketing llaman antioxidante, anticancerígeno... ¡Y gratis!
Limpia las toxinas del metabolismo celular. Por ejemplo: observa tu lengua al levantarte... esa capa blanca son toxinas. Te recomiendo que la limpies antes de desayunar.
Permite que el sistema digestivo absorba debidamente los nutrientes y limpie sus desechos. Es recomendable dejar un descanso de unas 12h entre cena y desayuno.
Regula tu apetito y cambia tu humor.
La sociedad nos anima a llenarnos de tareas a costa de nuestro descanso porque tenemos que ser "muy productivos". ¿Qué tal si empezamos también a sentirnos bien por dejar cosas de lado y darnos el descanso que necesitamos?
COMER BIEN
Para tener una alimentación saludable y consciente puedes intentar seguir estas 3 pautas:
Ajustarse a ti: conoce qué te sienta bien. Explora. ¿Cómo te sientes después de cada comida? ¿Qué energía te da? ¿Cuánto tardas en tener hambre? ¿Cómo son tus desechos? ¿Cuánto dura la sensación de digestión? ¿Hay otras sensaciones?
Ajustarla al contexto: como las estaciones, tu actividad, tu agenda, tu momento del ciclo menstrual... Por ejemplo: al comienzo de la primavera, empezaremos a introducir alimentos crudos, rojos, rosas y verdes, y muchos líquidos. Si arranca el otoño, pásate a todo cocinado, colores anaranjados, verdes y violetas, y consistencias untuosas y más pesadas.
Alimentar "tus bichos": tu sistema inmune comienza en tu intestino. Elige alimentos pensando en tu microbiota, y notarás anímicamente la diferencia (el 90% de la serotonina se produce aquí). ¿Consejos? Dejar mínimo 12h entre cena y desayuno, y llenar tus platos de productos de la tierra crudos y cocinados (ej: la patata cocida una vez fría es una delicia para la microbiota).
Cuando encuentras una alimentación adecuada para ti, de pronto todo es fácil. No tienes antojos, y te sientes con más energía. Tu peso se regula. Dejas el círculo de ansiedad-culpabilidad (quiero comer más y no me dejo > lo hago y me siento culpable). Y elegir qué comer tendrá siempre un objetivo: hacerte sentir bien de forma holística.
MUÉVETE
Aparte de comer y dormir bien, el ejercicio es el 3º acto esencial de una vida sana. Haz cada día algo de actividad física suave y variada.
Por ejemplo, si haces algo más muscular o intenso, incluye otros días algo más relajado, de estiramiento y movilidad. En el caso de que solo hagas yoga, salta un poco en casa, o corre/camina si aún puedes (¡para fijar el calcio!).
Y recuerda: la salud física no es tener abdominales marcados ni llevarse la pierna detrás de la cabeza. Es poder hacer cualquier movimiento con facilidad y sin dolor.
Si quieres empezar a cuidarte y necesitas un poco de guía para no perderte en este océano infinito, te recomiendo que visites mi Programa de Yoga o, si quieres una inmersión personalizada, te animes al plan de acompañamiento individual. Escríbeme.





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